UN CLASICO: EL BESO
4:55 | Author: Atalanta


El beso (Der Kuss). Gustav Klimt 1907/8

Material: óleo sobre lienzo.

Medidas: 180 x 180 cm.

Museo: Österreichische Galerie. Viena

En la entrada anterior ya había hablado de la situación de Viena, a finales del siglo XIX y principios del XX, como centro cultural de Europa por lo que no insistiré más en ello. Simplemente remarcar que uno de los temas predominantes en Viena en este momento es el erotismo, especialmente el erotismo femenino y con él, la lucha de sexos con el dominio de la mujer sobre el hombre.
Dedicado a Mariuchi vamos a realizar un pequeño acercamiento a una de las obras cumbres de la épòca: El beso de Gustav Klimt.
Gustav Klimt nace en Baumgarten, una población cercana a Viena en 1862. A los 14 años ingresa en la Escuela de Artes Aplicadas y posteriormente en la Escuela de Artes y Oficios de Viena; en esta última aprende las diversas técnicas de las artes decorativas. Tras la graduación forma parte de la Compañía de Artistas junto a su hermano Ernst y a Franz Matsch.
Es uno de los fundadores de la Secesión vienesa en 1897 de la que es elegido presidente. La Secesión nace como contraposición al academicismo oficial y el conservadurismo de la burguesía. Más allá de una lucha estética reivindica el derecho a la libertad creativa. Este movimiento se convierte, además, en el principal vehículo de divulgación y desarrollo del modernismo.
Entre las característica pictóricas de Klimt destaca la utilización del oro y un abuso ornamental que tiende a transformar la anatomía en ornamento y viceversa. Gran conocedor de las técnicas de los mosaicos de Rávena y los gravados japoneses, su influencia está presente en gran parte de su obra.

El lenguaje visual de Gustav Klimt se nutre de las imágenes oníricas freudianas y de Nietsche y Schopenhauer recoge el interés por descubrir el sentido metáfisico de la existencia humana y por expresar el desconcierto del hombre ante el mundo moderno que le rodea. Se ocupa de representar temás tabú como la pobreza, la enfermedad y la decadencia física del ser humano en lugar de idealizar la realidad.

La sexualidad femenina es un tema recurrente, en Klimt, la mujer se vuelvc fatal, castradora, dominante: Judit o Salomé, Dánae, Hygieia son ejemplo de ello. Sus modelos son tanto damas de la burguesía como prostitutas o mujeres humildes, todas ellas le sirven de inspiración. La mujer es representada en todas sus etapas: procreación (Pareja de amantes, Dánae), gestación (La esperanza I y II), infancia, juventud y vejez (Las tres edades de la vida), sana, enferma, bella y fea ("Fuerzas enemigas" del Friso Beethoven). Klimt está convencido en que la expresión erótica de la vida es una lucha entre Éros y Tánatos, el amor y la muerte.

El beso es sin duda una de sus obras más famosas y la más representativa de su época dorada.

La pareja de amantes se abraza arrodillada sobre un prado de flores caleidoscópicas. Una aureola dorada enmarca a los enamorados y este mismo material cubre sus vestimentas. El manto del hombre se adorna con rectángulos grises y negros; mientras que el ceñido vestido de la mujer, estampado de formas circulares, se ciñe al cuerpo y deja descubiertos hombros, brazos y piernas. Es el erótismo omnipresente, en este caso insinuante, sólo sugerido.

No está claro el significado de la obra, si los ornamentos cuadrados en la ropa del hombre y circulares en la mujer son signos de complementación o de antagonismo. Klimt dotaba a sus obras de un profundo simbolismo en ocasiones dificil de desentrañar


Algunos autores interpretan la obra como un rechazo ante el dominio masculino, tal vez el fracaso de la lucha femenina por la emancipación. Para ello se basan en la postura del hombre que sujeta con ambas manos la cabeza de su amante. Su cuerpo ancho y dominante centra la composición. La mujer crispa una mano y sus pies se aferran a la roca evitando el precipicio


La otra lectura apunta a la reconciliación de los sexos. La mujer fatal, dominadora se somete por propia voluntad, se ofrece al amante. Su rostro se encuentra sereno y la otra mano se posa sobre la del hombre en un gesto que delata complicidad. La mano que se crispa lo hace alrededor del cuello del amante, este gesto, al igual que el de los pies también se puede interpretar como una manera de aferrarse al ser amado, del miedo y la inseguridad a perder al otro.Supone la unión en lugar de la lucha, la rendición de los contrarios ante la fuerza del amor.


Los representados son el propio Klimt y su amante Emile Flöge.


Cada uno que se quede con la interpretación que le parezca más adecuada,yo, que soy una romática me quedo con la segunda.